► Lugares con Encanto

Lugares con Encanto

Junto a los grandes edificios históricos está el espacio urbano trazado por la mano anónima de los palmesanos o palmeños a lo largo de la historia. Las diferentes civilizaciones que ocuparon el solar y la villa han dejado su cultura material en el trazado urbano. Dentro del recinto amurallado el caminante puede disfrutar de arcos y aljibes, plazoletas y calles recogidas a la luz de faroles tenues en la calle Santa Clara, Cardenal Portocarrero, Iglesia, Cerro de la Iglesia con su fuente y jardines, y la vieja cadencia sonora de la Fuentecilla de los Frailes. En el arco de la calle Santa Clara, en una pequeña hornacina se encuentran unos azulejos de la Virgen de Belén. Azulejos de temas religiosos que hallaremos en el arco de la Puerta del Sol con la Anunciación.

En la plaza de Andalucía, la plaza del ayuntamiento nos debemos fijar en los azulejos del juzgado donde podemos contemplar el escudo de Palma con los dos perros aupados a la palmera y la leyenda: Lucha y vence entre dos ríos. Leyenda registrada a principios del siglo XX. Por la calle Feria, aún se pueden ver grandes casas señoriales del siglo XIX y principios del XX, próximas a la fachada del Convento de Santo Domingo. En la calle Cuerpo de Cristo se conserva una hermosa puerta dintelada en ladrillo rojizo del siglo XVIII. Son las calles de la Edad Media Tercia, Pilas, Muñoz, Barbera, San Sebastián, Sánchez, Cigüela, Santo Domingo, José de Mora, Violante y Jorge, La Palma, Coronada, Manga de Gabán, Purísima o del Cura, Boquete de Anguera, Ponce o de la Lagrima…Lugares para pasear perdiéndose por callejuelas de casas, patios y corral, de arcos con azulejos de la Inmaculada, de recodos por donde hubo capillas y santeros, carpinteros, carboneros, lecheros, caleros, panaderos, estancos, vida…mucha vida.

El caminante se abre a nuevos espacios, a calles más amplias, Plaza de Abastos con su arquitectura regionalista de vistosos ladrillos, Portada con azulejos del Nazareno, Escamilla, Plata con la Virgen de Belén, Alamillos, Pastores, Gracia con la Casa de la Cultura, Arenillas, Salvador, Ana de Santiago, Nueva culminada con un monolito donde estuvo la iglesia de Santa Ana, Ancha con capillita de la Inmaculada. Y un caminar agradable por lugares con registro en la historia local. Andar que te lleva al Paseo Alfonso XIII, a los jardines Reina Victoria y al Llano de San Francisco. Que triángulo de fiestas y veladas, de quioscos y sombras, y lunas de noches de verano, de cine y teatro, de ferias y casetas…y al fondo el rumor del río en la “zúa”, el Genil llegando entre meandros y huertas a la desembocadura con el Guadalquivir. La sombra grande de la Harinera compite con los eucaliptos de la Alameda del Suizo, a la que llegamos por una joven pasarela émula de un puente de madera, que otro tiempo cruzaba sobre el río.

Como cruza y se eleva firme sobre el Guadalquivir el puente de Hierro, obra magna del siglo XIX. Llegado desde Paris, diseñado en los talleres de Cail, el mismo que formó parte de la torre Eiffel, desde 1885 une a la ciudad con el ferrocarril y la ermita de Belén. Paseo de cientos de palmeños, cruzando el puente de toda una vida, que mira al nuevo y portentoso puente de doble arco por donde circulan los vehículos.